Cómo funciona la herencia del color de ojos
La herencia del color de ojos es fundamental, ya que es la genética la que define este aspecto. Pero, ¿cómo actúa? ¿Es posible saber cómo serán los ojos de un hijo que está por llegar? Veamos qué podemos saber.
Y es que es la melanina el pigmento que determinará el tono que va a predominar en el iris. Sabremos si el ojo va a ser negro, gris, azul, marrón o verde, que son los colores principales en la gente sana.
Esta información está implícita en nuestra genética y viene heredada de padres y abuelos a hijos. Y es que, a mayor cantidad de pigmento en el iris, más oscuro será el ojo. También si el grado de melanina es menor, el tono obtenido será más claro.
Es decir, que realmente el color del ojo está inscrito en la genética, igual que aquí es donde está la melanina que, dependiendo de la cantidad, también definirá el tono de nuestra piel. Aun así, es mucho más que un simple cruce de prioridades y probabilidades, pues es un tema más complejo.
La herencia del color de ojos
Por sorprendente que parezca, el nivel de melanina en la piel nada tiene que ver con el que se encarga de determinar el color en los ojos, quiere decir que se pueden producir combinaciones realmente extrañas que, no por ser poco comunes, resultan imposibles.
Así pues, siempre se ha pensado que la genética influye dramáticamente en el color de los ojos, y no es falso, aunque tampoco se puede tomar al pie de la letra, ya que es posible que se den casos singulares, pues no es tan simple como mirar el iris de los padres y saber a ciencia cierta cómo será el del hijo.
Así pues, no se puede considerar como un grupo de combinaciones y mezclas y saber que las más habituales serán las obtenidas de forma definitiva. De hecho, es un error, ya que son casi infinitas las opciones que se tienen.
Hoy día se conocen muchas variables que pueden influir en la herencia genética para obtener el color de los ojos definitivo en una persona. De hecho, se dan casos curiosos, como niños con ojos azules cuando en su familia predominan los marrones o los negros.
Y es que el color de iris se origina en tres genes diferentes que corresponden al marrón, al azul y al verde. Así pues, para realizar un análisis, se ha de estudiar la carga genética y crear cruces que ofrecen casi infinitas posibilidades.
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